Moldavia sigue su camino europeo tras sus elecciones históricas
Las elecciones parlamentarias de Moldavia del 28 de septiembre han supuesto un triunfo rotundo para las fuerzas proeuropeas. En un momento clave y contra todo pronóstico, el Partido Acción y Solidaridad (PAS) de la presidenta Maia Sandu ha superado de lejos a las encuestas, que le daban entre un 35% y un 40%, y ha logrado alcanzar el 50,2% de los votos y 55 de los 101 escaños. Es un resultado positivo que preserva la mayoría absoluta que el partido obtuvo en 2021, proporcionando estabilidad política y la capacidad de Sandu y su partido de continuar las reformas necesarias sin depender de coaliciones.
El resultado es una bofetada al Kremlin, que ha gastado mucho esfuerzo, tiempo, y recursos económicos para intentar desestabilizar el proceso electoral. Las fuerzas prorrusas, lejos de ganar terreno, han quedado ligeramente por debajo de las expectativas, confirmando que el rumbo de Moldavia hacia la integración europea continúa.
Fuente: NurPhoto via Getty Images
La victoria del PAS también ha sido gracias a una movilización inédita. La participación total alcanzó el 52%, y aunque dentro del país se situó en el 48%, sigue siendo una participación histórica. Y frente a los pronósticos de retroceso, el PAS no solo ha retenido su base electoral, sino que ha conseguido más apoyos: en 2021 obtuvo 774.753 votos y ahora ha llegado a 792.557. Dicho de otra manera, no solo ha habido más participación, sino también una mayor movilización en favor del europeísmo.
El voto de la diáspora de nuevo ha sido clave y masivamente favorable al PAS: un 78,6% de los moldavos en el exterior votaron al partido de Sandu, mientras que su principal rival, el Bloque Patriótico (pro-rusos), apenas superó el 5% (pese a obtener un 24% a nivel general). El PAS fue la fuerza más votada en todos los países excepto tres: Rusia, Bielorrusia y Bulgaria (donde quedó a un punto de distancia del Bloque Patriótico). Y todo ello a pesar de que varios colegios electorales en Europa se vieron afectadas por falsas amenazas de bomba (posiblemente organizadas por redes cercanas al Kremlin) que podrían haber desalentado a muchos votantes. Sin embargo, la diáspora acudió masivamente a las urnas y votó en bloque a favor del camino europeo. En España específicamente, el respaldo fue también enorme: un 81% de los votantes moldavos votaron al PAS.
Los resultados confirman tanto la habilidad política de Maia Sandu y de su partido como la popularidad de la dirección en la que están llevando al país. En Europa, el mensaje ha sido comentado rápidamente: los principales líderes europeos felicitaron inmediatamente a Sandu y a su partido, celebrando la continuidad del proceso de reformas y el compromiso con el objetivo de adhesión a la Unión Europea.
Distribución de escaños. Fuente: TVR Moldova
Lo que no se está comentando: apatía y división
A pesar del triunfo pro-europeo, por detrás del resultado hay una realidad algo menos visible. Aunque la participación ha sido histórica, menos de la mitad del electorado dentro de Moldavia acudió a votar. El dato es preocupante: muestra una apatía generalizada que no favorece a la democracia del país. Ya en las presidenciales y en el referéndum constitucional del año pasado se vivió una situación parecida, con participaciones en torno al 50%. Entonces, el “sí” a la adhesión a la UE ganó por un margen estrechísimo del 50,35%.
La implicación de estas votaciones es que solo una cuarta parte del electorado (aproximadamente) se ha movilizado a favor del europeísmo, tanto en 2024 como en 2025. Otro cuarto del electorado
votó en contra, y alrededor de la mitad del país sigue sin implicarse políticamente. La pregunta que surge es inevitable: ¿es sostenible construir un camino y futuro europeo sobre un apoyo tan dividido y con tanta apatía? Si Moldavia entra pronto en la UE, pero sus ciudadanos no sienten el proyecto como propio, la satisfacción podría erosionarse con rapidez. Solo queda esperar (y en la medida de lo posible ayudar a) que cada paso adicional que dé el país hacia Europa refuerce el actual apoyo a la adhesión y haga ver los beneficios de la unión a más ciudadanos.
Resultados Finales. Fuente: CEC
Aún así, la victoria merece celebrarse
A pesar de estas puntualizaciones, el resultado debe ser celebrado. Representa continuidad en la senda europea del país, con más participación y más votos para el PAS que en 2021, y una resistencia ejemplar a la injerencia del Kremlin. Moldavia y su electorado, aunque sea poco a poco, están mejorando su implicación política y además hacia un consenso europeo más fuerte. Desde una perspectiva federalista, estas elecciones demuestran que el ideal de una Europa unida sigue siendo atractiva y fuerte incluso en el borde oriental de nuestro gran continente.